Diario de unas vacaciones. Loca por un hombre maduro II parte
Han pasado ya bastantes días desde aquella noche en el pub, y Hans se ha convertido en una compañía constante en nuestras vacaciones. Enrique lo aprecia, lo escucha con interés cada vez que visitamos una iglesia románica o un castillo medio derruido. Y yo… yo lo deseo cada vez más.